Tras unos segundos mirándose al espejo, la dichosa mujer
creía que tenia a miles de hombres a sus pies, que pensaba que el mundo giraba
entorno de ella, se dio cuenta de que todas esas perfectas ideas no eran mas
que simples espejismos y que en realidad no tenia nada. Las que siempre habían
estado cerca de ella, poco a poco se fueron alejando de su egoísmo y los
hombres que hasta hace poco la trataban como a una diosa la ignoraban. Tenía
ganas de gritar y sobretodo de llorar, pero no la gustaba perder los papeles y
no lo hizo. La soledad era la única que se sentaba junto a ella. Desde lejos
veía a los que antes trataba como personas inferiores a ella, les envidiaba sus
risas, sus besos apasionados y hasta sus lágrimas. No era eso lo que mas la
dolía, sino que cada vez que se miraba al espejo, no conseguía ver nada.
Y ahora mirate al espejo y dime que ves…..
Y la frase....
Y la frase....
El tiempo pone a cada uno en su sitio
.....la daba miles de vueltas en su retorcida cabeza.
Sandra
Sandra